Permitir que tu peque juegue libremente es fundamental para su desarrollo físico, mental, social y emocional. Cuando los niños juegan la estructura bioquímica de su cerebro se activa, esto quiere decir que aumenta la producción de:
SEROTININA: Reduce la ansiedad, regula su estado de ánimo y controla la temperatura corporal.
ENDORFINAS: Aumenta el bienestar, la calma y la felicidad de los peques.
ACETILCOLINA: Favorece aprendizaje, la memoria, el desarrollo de la atención y el pensamiento lógico.
DOPAMINA: Motiva la actividad física y estimula su imaginación y potencializa el proceso de aprendizaje.
Toda una magia sucede en el cerebro de tus peques mientras juegan. No dudes en involucrarte en su juego, eso te permitirá conocer su forma de percibir el mundo.