Los niños no nacen sabiendo cómo deben comportarse, aprenden observando a las personas con las que más conviven, son imitadores natos.
A continuación encontrarás algunos puntos clave que te ayudarán a comunicarte de manera sencilla y eficiente con tu peque, y así lograr una mejor conducta, evitando uno que otro berrinche.
Habla de forma directa: cuando quieras llamar su atención hazlo utilizando su nombre, establece contacto visual para asegurar que te escucha, ponte a su altura. Usa frases simples y da las instrucciones de una en una, para que pueda procesarlas.
Usa lenguaje positivo: el cerebro no procesa si hablas en negativo, si le dices: ¡no tires el vaso!, se centrará en la imagen de tirar el vaso, pero si cambias la frase por: ¡Dale el vaso a mami, por favor!, hará justamente lo que dices. Utiliza el no cuando sea necesario, como en casos donde este por hacer algo que lo ponga en peligro.
Elogia: decirle a tu peque que es niño malo daña su autoestima, mejor elogia lo que hace bien, frases como: ¡Me gusta que me ayudes a limpiar la mesa!, le enseñan qué conducta esperaste él y además refuerzan la confianza en sí mismo.
Avísale con tiempo: a los peques les cuesta mucho quitar de golpe su atención cuando están concentrados en algo, puedes decirle: ¡En un rato más apaga la tele! o ¡En 5 minutos hacemos la tarea!, avisarle con tiempo le ayuda a estar preparado para cuando tengan que cambiar de actividad.
Da opciones: facilita los procesos, cuando haya oportunidad dale a elegir entre una cosa u otra, un ejemplo sería: ¿qué prefieres short o pantalón?, eso le dará cierta sensación de independencia y facilitará la respuesta.
Por favor y gracias: tal vez creas que es muy pequeño para darse cuenta de lo que dices, cuando dices: ‘por favor’ y ‘gracias’, pero estás reforzando esa conducta en tu hijo pues esta observando y aprende que es lo correcto.
Recuerda que nuestros peques nos observan todo el tiempo, somos su principal modelo a seguir. ¿Qué les enseñarás hoy?